La importancia de los laboratorios veterinarios

Probablemente no sepa que hay todo un mundo más allá de la consulta del veterinario. Para cuidar bien de su mascota, necesita muchos conocimientos y experiencia. 

Por supuesto, no todas las circunstancias exigen su uso. Hay varias especialidades que no sólo requieren trabajo de laboratorio, sino que dependen de él de algún modo. Cuando se trata de la salud, las mascotas y las personas son iguales. Al igual que usted, si se encuentra mal, su perro requiere un análisis de sangre.

¿Por qué es ventajoso? Es una herramienta que, en términos de salud, nunca se valorará lo suficiente. Acude al veterinario con su perro o gato enfermo. ¿Su dieta es suficiente? ¿Tiene obesidad? ¿Tiene problemas de hígado o riñones? ¿Su avanzada edad requiere mayor atención? ¿Tiene alguna infección o enfermedad? ¿Cuál, una infección vírica, bacteriana o fúngica? ¿Tiene parásitos? Con la ayuda del laboratorio veterinario, todas estas dudas pueden resolverse.

Podemos analizar las muestras de su animal (sangre, orina, heces, tejido de biopsia, pelo y piel) utilizando el equipo de Laboratorio Copisa y las técnicas adecuadas en el centro de trabajo, lo que nos permite llevar a cabo una labor crucial. Y esto nos facilita ofrecer un diagnóstico más preciso y exhaustivo. En consecuencia, nos permite ofrecer un tratamiento de la máxima calidad.

Por lo tanto, tener un laboratorio veterinario cerca simplifica el cuidado de su mascota, mejora su calidad de vida, garantiza una recuperación más rápida y mejor en caso de enfermedad y, en general, alarga su vida.

Bienestar animal

Los animales brindan al ser humano muchas ventajas de diversas maneras. Debemos recordar que la obtención de alimentos de origen animal ha sido tradicionalmente, y sigue siendo, uno de los pilares esenciales sobre los que se ha cimentado la nutrición humana, aunque los animales de compañía, deporte y trabajo atienden demandas significativas en la sociedad actual. Sin menospreciar la importancia ecológica de algunas especies, como las abejas melíferas, es igualmente importante señalar la importancia económica de las actividades ganaderas en nuestra sociedad.

Por todo ello, desde que se inició la domesticación y cría de animales, el hombre ha creado curas para intentar disminuir el dolor y la muerte de los animales provocados por enfermedades, heridas o accidentes. Actualmente nos encontramos en una época en la que, afortunadamente, disponemos de los recursos necesarios para que los animales de compañía, el ganado, los animales de recreo y deporte, e incluso los animales salvajes, tengan acceso a profesionales y equipos que puedan garantizar su adecuado estado de salud y bienestar. Esto se debe tanto a la experiencia como al importante avance de las ciencias veterinarias en el conocimiento, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.

El bienestar y la salud de los animales dependen directamente de su salud, que es sin duda un factor crucial. Hoy en día existe en el mercado una amplia gama de productos que complementan los conocimientos de los profesionales veterinarios y ayudan a mantener a los animales en buen estado de salud. Estos productos ayudan al diagnóstico precoz de enfermedades, a su prevención y, si la prevención no es posible, al tratamiento adecuado.

En este contexto, es importante reconocer el papel que ha desempeñado el desarrollo de medicamentos, como los antibióticos, las vacunas y las herramientas de diagnóstico, en la prevención, el control y la eliminación de enfermedades que amenazaban la salud pública.

Además, el tratamiento y la prevención de las enfermedades mejoran la salud de los animales al reducir el sufrimiento que de ellas se deriva, lo que redunda en su bienestar. El requisito previo para el intrincado sistema que incorpora la idea de bienestar es una buena salud.

El suministro seguro de alimentos, la salud pública y la sanidad animal dependen unos de otros. Para que la población reciba alimentos seguros, de alta calidad y asequibles, se necesitan animales sanos. Algunas enfermedades animales, como la tuberculosis, la brucelosis, la salmonelosis, la listeriosis, etc., suponen riesgos importantes para la salud pública porque pueden transmitirse de los animales a las personas (zoonosis), ya sea directamente o a través de los alimentos.

Al reducir la aparición de enfermedades que repercuten en la salud de los consumidores, los programas sanitarios coordinados entre las distintas administraciones y los profesionales veterinarios, así como la disponibilidad de herramientas, son cruciales para garantizar un alto nivel de salud pública y seguridad alimentaria.